El pasado fin de semana el Hotel Retiro del Maestre retomó la organización de eventos gastronómicos y al igual que este verano la experiencia fue fantástica. En otro rincón del hotel diferente al patio, por evidentes razones climatológicas, pero con un encanto excepcional, el salón de la última planta, donde desde sus ventanas una imagen invernal de Almagro cautiva al visitante.
Descubrir los vinos del Campo de Calatrava, pero proponiendo nuevas armonías, más acordes con la estación. Hacer que los platos de cuchara tomen protagonismo, que nos sorprenda la calidez de los guisos con la calidad de los vinos, este fue el objetivo y creo que conseguimos crear la atmósfera que el otoño demanda.
El primer vino fue Lahar de Calatrava Sauvignon Blanc, de Bodegas Naranjo, destaca su frescura, sus aromas tropicales y el equilibrio en boca, que armonizó a la perfección con una tabla de quesos especiales, compuesta por oveja curado, oveja con ajo negro y oveja con trufa.
La segunda propuesta fue Camio, un excelente riesling de Bodegas Anhelo, con una interesante paleta aromática que va desde cítricos a frutas tropicales, pasando por hierbas silvestres.En boca es fresco, equilibrado y persistente, una vino que requiere de un plato sabroso, como la zarzuela de marisco y pescado con toque de azafrán que además de apetitosa por la estación otoñal, consiguió una armonía excepcional con el vino.
A continuación catamos Tempranillo de la bodegas Quinta de Aves, un vino con un excelente peso en fruta, con unos francos aromas a frutos rojos, muy sabroso y persistente. Para una propuesta así optamos por ofrecer una ternera en salsa de vino tinto acompañada de patatas a lo pobre. Un plato rotundo para un vino que se ensambló a la perfección con el plato.
Finalmente como postre seleccionamos una tarta de queso acompañada con un vino complejo, lleno de matices propios de una larga crianza, como son las compotas de fruta, las especias, los tostados o la vainilla, un auténtico as, Poker de Tempranillos de la bodega Encomienda de Cervera.
El cielo plomizo sobre los tejados de la histórica localidad de Almagro, como vista principal, los platos humeantes, los sabores del vino y conversaciones en torno a la gastronomía y la singularidad de una tierra, una experiencia que a nosotros nos encanta y el visitante no olvida. ¿Nos acompañas en la próxima?
Buen artículo, gracias.
Gracias a vosotros