La suma de un lugar acogedor, en una localidad con el encanto de siglos de historia en sus cimientos, con una cocina muy bien elaborada, unos vinos magníficos y una compañía excepcional, lleva a vivir momentos memorables, que nos encanta recordar.
Tuve el privilegio de dirigir la cata maridaje organizada por Afammer (Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural). El marco, inmejorable, El Patiejo de Almagro, un restaurante que hace unos días cumplió un año, y que ofrece una propuesta gastronómica con producto de la tierra, pero con una visión moderna y muy bien elaborada.
La cata buscaba ofrecer vinos próximos y a la vez sorprendentes, con variedades diferentes que armonizaran una cocina singular. Empezamos por Riesling de Anhelo, con una zarzuela de marisco, como segunda propuesta, Garnacha de Don Aurelio, acompañando una terrina de foie y mostillo, seguidamente descorchamos Maar de Cervera, para maridarlo con un lingote de cordero glaseado, y finalmente Pago Florentino con un brownie de chocolate.
Actividades de este tipo son vitales para promover la cultura gastronómica de una zona, sobretodo valorando la excelente acogida y el buen ambiente creado por los asistentes, de ahí mi agradecimiento a Afammer por contar conmigo, en especial a Ana Fernández, su presidenta en Almagro, y a Almudena y Rocío, por hacer que nos sintiéramos tan agusto en el restaurante El Patiejo.